La obra de Serra, muy personal, nos trae a veces a la memoria el desgarramiento espeluznante, por lo sincero, de Genet y también el misticismo imaginativo de Michaux. Como Cirlot (el primero en envasar sueños) Iñaqui sabe que la única manera virginal de entenderse con lo onírico no está —valga la redundancia— en soñar sueños, sino en crearlos en el plano urgente de lo que racionalmente el artista no llega a entender del todo.
Rafael Pérez Estrada
Terminos de uso | Política de privacidad
© 2016 Calambur Editorial, S.L. - Todos los derechos reservados